¿Éramos dos cuerpos?
Derretida mi forma
Caliento el olvido
Hiervo de memorias
Somos un órgano
Vaciandose en la tierra
Tu agua me inquieta
Voy a nacer
Largarme en palabras propias y en muchos silencios posibles.
¿Éramos dos cuerpos?
Derretida mi forma
Caliento el olvido
Hiervo de memorias
Somos un órgano
Vaciandose en la tierra
Tu agua me inquieta
Voy a nacer
Después de equivocarte, me llamaste. Tuve quince minutos de enojo. Tiempo prudencial para que viaje mi mente, para repasar tus errores de cálculo, las subestimaciones, algunas suposiciones. Y después, llamaste. Traté de disimular la bronca, pero sentiste mi sequedad. Tardé 8 minutos en llegar adonde estabas y así se evaporó el enojo. Una caminata, algunos sanguchitos, el regreso a tu casa y la posibilidad de que me ilumines.
Quince minutos de enojo en seis meses.
1. Lista
Lista de cosas que debería llevar a mi próximo viaje, al concierto, a un cumpleaños.
Nunca llevo la lista. Queda mal dispuesta en la mesa hasta que tengo lo último y puedo salir.
La lista me ayuda a saber qué necesito para estar lista. Pendientes. Pendo de la lista.
Tengo dos listas de cuando tenía ocho años: listas de qué hacer en caso de sentirme aburrida.
Se supone que la lista no se ordena por tamaño, por cronología ni por importancia. El punteo sin jerarquizar el contenido hace lista a la lista.
2. Ventana
Abrir ventanas y dejarlas listas.
Algunos poemas son de paso, un ensayo de simpleza.
Muchos poemas que van afuera de la selección imaginaria para un libro.
Hay poemas que son el bordecito del camino, no son faro ni son alma.
Hay escritos que acarician lo inadvertido sin metáfora ni ausencia. Se guardan algún tiempo y después empolvan los bytes y los cuadernos, o se queman en un primero de enero.
Terreno compartido de soñar
a mitad del día.
Parar a descansar.
Es más fácil si con vos,
Los pensamientos no aturden,
caemos descansadamente a la tarde.
Hace un mes, un hallazgo:
si roncas, es mejor.
Asomo al borde
de copas que caen
danza fatal
Ya nos vimos
sin certeza
en mi oscuridad
Te reencuentro
el mismo círculo
aún sin hogar.
El tiempo es una rueda
abierta en espiral
cada vez que se cuenta
se vuelve a inventar
ahora que te veo es recreo
en el abismo de mis pies
los abismos de un río que
también
pasará
No se puede entender
Es cuestión de observar
Te presto unos ojos
Mirando en otro lugar
No es cuestión de saber
o de tener razón
¿Acaso hay una llegada,
cada quién su corazón?
¿Puede una canción hacernos cambiar?
sin darte cuenta la empezaste a cantar
¿Puede el mundo ser un lugar,
trampolín, después confiar?
El medio y el fin mueren
en el mismo hospital
Dónde empieza y dónde acaba
Lo sentido que fue amar
Te recuerdo con los brazos al aire
tu hombro esperando
que le llegue mi oreja.
En mis ojos se guardó el sol
que atardece al amor
en un camino.
Por favor que el aire se quede
en tu presencia cuando vuelva
Y a reír de cosas simples
cerca de tu casa en San Martín.
Y mi canción se llena
de tu beso que crece
aunque recién me voy despidiendo
ruidosa de los trenes.
Con los nudos de mi amor
Voy a amarrar una estrella
la estrella, tu estrella
Con un espejo en el corazón
voy a barrer mis penas
tus penas, las penas
Otra vez bailemos
Tarareando una canción
Otra vez cantemos
que el tiempo pasa
y lo estamos viendo
en nuestra vida por la mitad
Con una rama en tu razón
acaricio tu espalda
la espalda, mi espalda
Con preguntas hacia la luz
encenderé tu llama
la llama, mi llama
Y otra vez...
Bailemos
Recorrí, estallé, pensé.
Sangré
la tinta de escribir la ley
del mundo
salí al casette
Libro de hoy, el principio
Toboganes al vacío
Páginas se abren
Hay sol
Libro de hoy, no estás escrito
Puedo ser el principio
en transformación
Sufrí, no me fui, salté
Sangre otra vez, ardió la ley
que buscaba pisar el ayer.
Buscaba alcanzar el amor buscando alto. Iba mirando para arriba, fabricó un telescopio y se trasladó a una estrella en su barco.
Buscaba alcanzar el amor, no veía cerca, no miraba para abajo, el micrófono de su corazón estaba tapado.
Buscaba en los grillos, en los leones, en los más verdes pastos. Buscaba el orden que había imaginado, se la pasaba mirando. Sus ojos se habían nublado.
Entonces los cerró, se aquietó y le susurró un sólo pájaro. La voz de la frescura y la sabiduría de su jarro: acá estoy, no hay qué alcanzar. Bebamos de tu propia mano.
Por el agua
son los besos
de la mañana
Por el agua
con tu pelo
en este abrazo
Por el agua
que cuidamos
y nos sangra,
despierta
lo que sana.
No es casualidad
que yo te quiera
hoy que por las aguas
nos movemos
Hay un curso,
acontecimientos
en el latir hondo
de sabernos
El río huye del cementerio
vamos viendo el sentido de esta vidan
En el agua, van preguntas:
¿cómo bailan las gotas en el cuerpo?
¿Cómo está la música del tiempo?
¿Dónde será que mañana beberemos?
Quiero jugar con mi dolor,
energizar mi tristeza
y que me enseñe
que me aprenda.
Quiero bailar con el miedo
ser bruja en mis fronteras
amigarlas con los espasmos
y que se vean se vean...
¿Lloramos juntos? fue tu pregunta
me estremezco en la respuesta
se me hace grande la vida
tanto amor en una mesa.
Quiero estar en mi abismo
sentir el borde de mi esfera
y que me enseñe,
que me ofrezca.
Quiero saltar, quiero caer,
como una cuerda abierta
afinarme en movimiento
y que sea, lo que sea.
¿Te abrazo hoy? fue tu pregunta
me estremezco en la respuesta
se me hace grande la vida
tanto amor en una mesa.
Qué día para hacer nada
y quedarme con vos,
dejar pasar la lluvia,
los segundos, los primeros,
las citas.
Qué día hoy
para bailar en la cocina,
pararme al borde
de tu labio con llovizna.
Qué día era para quedarnos
haciendo nada
nuestra nada de mimarnos
con esta lluvia gris
niebla del reclamo
a mis pupilas:
¿Por qué te fuiste de la nada,
la nada misma?